Hoy,
por ejemplo, estoy más bien contento.
No sé bien las razones, mas por si acaso anoto:
Mi estómago funciona,
mis pulmones respiran,
mi sangre apresurada me empuja a crear poemas.
(Solamente -¡qué pena!- no sé medir mis versos.)
Pero es igual, deliro: Rosa
giratoria
que abres dentro mío un espacio absoluto,
noche con cabezas
de cristal reluciente,
velocidades puras del iris y del oro.
(Solamente -¡qué pena!- estoy un poco loco.)
Mas es real, os digo, mi
sentimiento virgen,
reales las palabras absurdas que escribo,
real mi cuerpo firme,
mi pulso rojo y lleno,
la tierra que me crece y el aire que yo crezco.
(Solamente -¡qué pena!- si vivo voy muriendo.)